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martes, 10 de marzo de 2009

Cat 2- Una nueva aliada

Recientemente, la princesa Alanea había logrado averiguar que en el mundo en el que se encontraban atrapadas había otras criaturas procedentes del mundo de Álcrair, y había llegado a la conclusión de que, si lograban dar con su paradero, quizás pudiesen obtener información sobre como regresar a Álcrair. Así era como se habían puesto manos a la obra y habían recogido información sobre sitios supuestamente encantados en los que tenían la esperanza de hallar algún ser procedente de Álcrair. Tras visitar varios lugares que, a pesar de mostrar un lóbrego aspecto, no tenían nada de especial, Alanea había encomendado a Cat y Ailora que inspeccionasen un viejo caserón habandonado a las afueras de la ciudad y que, según aseguraba la gente, se encontraba habitado por espíritus.
-¡Cat! -llamó Ailora mientras miraba desde el principio de la escalera en dirección al piso superior- Noto una presencia procedente de arriba.
Cat se encaminó hacia arriba. Sabía que podía confiar en la habilidad de Ailora para sentir presencias mágicas, después de todo, se trataba de una elfa de las nieves, experta en las artes nigrománticas y con una especie de sexto sentido para detectar la magia sin importar cuan oculta se encontrase.
Ailane siguió a la demonio felino, atenta a todo cuanto la rodeaba.
-Por aquí -indicó señalando a una habitación cuya puerta estaba tirada en el suelo.
Entraron. Parecía que en sus tiempos debía de haberse tratado de una habitación infantil. Había un baúl volcado en el suelo alrededor del cual había esparcidos todo tipo de viejos juguetes, al otro lado de la habitación había un caballito balancín de colores desvaídos al que le faltaba una pata y tanto en las paredes como en el suelo había cuadros cuyos dibujos eran prácticamente imposibles de distinguir.
-Vosotras no sois humanas, ¿qué hacéis aquí?
Ambas se giraron y vieron de pie ante ellas a una muñeca de porcelana de aspecto antiguo que las miraba fijamente.
-Deba de ser una muñeca poseída por el espíritu de alguien que murió en este lugar -dijo Cat preparándose en posición de ataque por si resultaba ser peligrosa.
-¿Pero que dices? -dijo la muñeca con gesto ofendido-. Yo era una poderosa bruja de Álcrair. Un día probé un conjuro con el cual podía separar mi alma del cuerpo y viajar por los distintos mundos, pero algo no salió bien y acabé atrapada aquí sin saber como regresar -la muñeca bruja sonrió-. Claro que ahora ya no tengo de que preocuparme, ya que aquí estáis vosotras para ayudarme. También sois de Álcrair si no me equivoco.
-¡Je! -dijo Ailora-. Tienes razón al pensar que somos de Álcrair, pero respecto a lo otro no podrías estar más equivocada.
-Nosotras tampoco sabemos como regresar -explicó Cat.
-¡Agh! -se quejó la muñeca bruja- Que mala suerte.
-Pero podríamos colaborar ya que todas tenemos el mismo objetivo -añadió Ailora.
-Me parece bien -aceptó- Mi nombre es Ienor.
-Yo soy Ailora -dijo- y esta es Catarnia, aunque todas la llamamos Cat.
-¿Todas?¿Hay más? -preguntó Ienor.
-Sí -esta vez fue Cat la que habló-, también estan Runia, Sebnai y la princesa Alanea.
-¿Te refieres a la princesa heredera? -preguntó Ienor sin ocultar su sorpresa.
-La misma -respondió Ailora, mientras jugueteaba aburrida con un mechón de su cabello rubio ceniza-, y, puesto que debe de estar esperando a que regresemos a casa con noticias nuevas, creo que va siendo hora de que nos vayamos.
Y marcharon las tres juntas.

Espero que hos halla gustado.

2 comentarios:

Candela MG dijo...

Uuy que interesante! Espero con ansia la continuación :)

dijo...

muy lindo.
saludos.