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lunes, 22 de julio de 2013

Greg, el enano que fue comido

Pues eso, nueva entrada, por si acaso no fuese que alguien las echase en falta.
Para empezar, sigo en la línea de mis últimas entradas consecuencia de mi nuevo hobby reposteril y os traigo fotos de la última tarta que decoré para el cumpleaños de un amigo.

Con todo ustedes, ¡Greg, el enano de bizcocho, chocolate y fondant (en ese orden de capas)!

El bizcocho utilizado es el mismo de las otras veces (aquí para ver la receta). Básicamente hice dos tartas, como en el caso de la tarta-dragón, una para la base y otra para el enano (que en realidad es un medio enano, solo existe de cintura para arriba) y algunos de los "escombros o restos de tierra y oro" en los que se apoya. Corté más o menos un cuadrado de una de las tartas, lo cubrí de chocolate, cogí más bizcocho de la misma tarta, lo deshice y luego moldeé a base de presionar con las manos en plan "hagamos una albóndiga", la rebocé también en chocolate, metí en la nevera hasta que el chocolate de ambas partes quedó buen duro, pegué las dos (el cuadrado es el cuerpo y la albóndiga de bizcocho la cabeza) y decoré con fondant. Entonces hice un pequeño boquete en la otra tarta, lo justo para meter un poco a Greg el enano, luego deshice más de la tarta que ya había destrozado para hacer al enano, lo coloqué por detrás (con la maravillosa colaboración del pegamento comestible, aunque supongo que también podría cubrirse todo de chocolate u otra cosa) y apliqué mi spray dorado comestible. Recubrí el lateral de la tarta base con chocolate, hice el cartelito con el nombre y la edad del cumpleañero con la fondant sobrante, ¡y listo! (y sí, sobró bizcocho de la tarta que dio vida a Greg, un buen desayuno).


jueves, 27 de junio de 2013

El "cómo se hizo" de la tarta-dragón

Bueno, llevo un poco-bastante-demasiado tiempo sin hacer entrada nueva, pero es que he estado de selectividad y demás. Para compensar os traigo fotos y comentarios sobre cómo hice mi tarta-dragón-cutril.

Lo primero, en verdad son dos tarta, una para la base y otra para el dragón, ambas cubiertas con fondant (la cual yo suelo comprar aquí en Zaragoza en la tienda de Crema y Chocolate). Las tartas son del mismo tipo que la que hice para el cumple de mi madre (aquí podéis ver la receta), aunque sin relleno.

La primera tarta fue la base, cubierta de fondant teñida de gris (la teñí con colorante negro, añadiendo poquito a poco con un palillo y amasando hasta obtener el color deseado).

La siguiente tarta la corté en partes que fui colocando sobre la base del molde en que había hecho ambas tartas para intentar montar el dragón de forma que encajase sin manchar aún la base.

Me sobraron trozos de tarta que mi madre se estuvo desayunando al día siguiente.

Luego desmonté el dragón, recorté un poco más las piezas de bizcocho para que fuesen más redondeadas, y lo cubrí pieza por pieza de fondant verde (en todo momento trabajé con fondant originalmente blanca que iba tiñendo según me parecía mejor), montándolo de nuevo sobre la otra tarta base. A continuación le añadí adornos (los pinchos azules, ojo, garras y demás).

Y el resultado final ya lo visteis en la entrada anterior:

sábado, 1 de junio de 2013

Porque aún hay cosas difícilmente prohibibles...

"No leas, los libros nos salen caros y en el ordenador te dejas la vista"
"No escribas, es una pérdida de tiempo si no mandas nada a concursos y los ganas"
"Deja de hacer dulces, es una pérdida de tiempo y dinero, ocupas la cocina, molestas"
¿Qué tiene permitido hacer? ¿Qué puede hacer? ¿Qué está bien que haga? Ni siquiera destacaba en esas cosas, pero era todo lo que tenía, lo que le hacía sentir bien... No sabía dibujar ni era estudiante de dieces, no le gustaba beber ni fumar, ni tenía dinero para viajar o ir de compras compulsivas, aunque esto segundo tampoco es una idea que le entusiasme precisamente, y lo primero quizás, quizás quizás algún día... No se le daban bien las matemáticas, ni la informática, las tecnologías por lo general parecían tener algo contra ella, tampoco tenía ningún talento musical, claro que nunca había tenido un instrumento entre sus manos para probarlo... Tampoco se lo podía comprar ni se lo compraría nadie, así que lo mismo daba. Una vez sí que se ilusionó con la idea de aprender a tocar alguno, ahorró el dinero para aquel prácticamente desconocido instrumento, dos años le llevó, y lo tenía, pero por azares del destino, y problemas en la economía familiar, tuvo que gastarlo en asuntos familiares y nunca más volvió a ver tanta fortuna junta en poder.
Ah... ¿Y qué le quedaba? Nadie le prohibía pasear, eso aún podía hacerlo, y vaya si lo hacía.
Caminó por las nocturnas calles de la ciudad del cierzo, disfrutando del último capricho que aún podía consentirse, bueno, eso y el chocolate... El aire era fresco, había estado lloviendo esos días y el verano parecía negarse a hacer acto de presencia aquel año, se arrebujó en su "bufanda", con sus casi siempre frías manos en los bolsillos del abrigo de paño negro, y aspiró aquel aire con fuerza. El pechó le dolió al momento, como si hubiese recibido un golpe, llevaba un par de días doliéndole cuando aspiraba con fuerza o se tumbaba de espaldas, probablemente se había resfriado o algo, ya le pasó algo parecido en una ocasión, cuando pilló infección de pecho y tuvo que pasarse varios días tomando unas pastillas del tamaño de supositorios y durmiendo medio sentada porque de lo contrario le era difícil respirar. Al menos esta vez era solo un dolor leve.
La punta de la suela de uno de sus botines se estaba empezando a despegar de nuevo, y fue aún más consciente de ello cuando pisó un charco y sintió el frío del agua invadir su calcetín. Podría haber dado media vuelta y regresado a casa a cambiarse de calzado, pero lo único que deseaba en ese momento era caminar y caminar hasta que los pies le doliesen a rabiar.
¿No era ese el Parque Grande? Vaya, ni se había dado cuenta de que andaba en esa dirección. Lo cierto es que le apetecía un montón adentrarse en él y perderse entre sus caminos más inhóspitos, pero era sábado, y aunque nunca había estado allí un sábado en la noche, sabía bien lo que se solía cocer, había oído mentar las suficientes veces que era zona de botellones, y más de una vez había visto las pruebas en forma de cristales rotos y botellas abandonadas por el césped, cerca de bancos, y por las cercanías del riachuelo aquel que transcurría por allí., que vete tú a saber, igual hasta era un afluente de algún río cuyo nombre debería conocer, pero esas cosas nunca habían sido su fuerte... tampoco. Pensando así, parecía bastante inútil, la verdad, ¿qué sabía hacer? ¿Postres cutres que a veces ni le salían buenos? ¿Leer, con temporadas de abandono masivo de lecturas a medias? ¿Imaginar mil historias que nunca escribe? ¿O escribir mil cosas que, o bien deja a medias, o no valen ni el esfuerzo que hace una vez al año de replegar los papeles en que se hallan y decidir cuáles guarda y cuáles tira?
Se ha sentado a la entrada del parque, no entrará, pero tampoco se decide a marcharse, no sabe a dónde ir, no es que planease llegar allí, pero ahora tampoco quiere volver a andar sin rumbo fijo y arriesgarse a ir más lejos, porque a partir de ahí se pierde seguro, con el sentido de la orientación nulo que tiene...
Se plantea el volver a casa, pero no por la seguridad del hogar, que en esos momentos no es la perspectiva más alentadora dado su estado de ánimo y lo que lo ha provocado, sino porque le están entrando unas ganas terribles de escuchar música mientras escribe. No sabe el qué, no sabe el por qué, pero le da igual lo que le hayan dicho. Contra lo de los libros y los dulces poco puede hacer realmente, pero aún puede rebelarse contra lo de escribir... A no ser que se planten en la puerta de su dormitorio a espiarla, ¿cómo van a impedir que coja libreta y papel? ¿O qué abra ese blog que parece usar solo para desahogarse y comentar cosas que le gustan o llaman su atención?
Y antes de que tan siquiera haya terminado el hilo de estos pensamientos, camina ya por Plaza España, camino de casa, de su dormitorio, tan solo se detiene un momento en el Puente de Piedra, le encanta apoyarse en los bordes de piedra y asomarse al río Ebro...

Buenos, para compensar el rollo macabeo que os acabo de soltar, os dejo unas foticos de lo que al parecer, al menos hasta que me emancipe, son las últimas tartas que he podido hacer.

Esta mariposa-tarta la hice para el cumpleaños de mi madre.

Y esta tarta-dragón la estuve haciendo ayer, aunque por desgracia no he podido llegar a terminarla... (le faltan las alas, entre otras cosas)

jueves, 16 de mayo de 2013

2 noticias: concurso y teatro


Como bien indica el título de la entrada, traigo dos nuevas noticias.
La primera, que el concurso mencionado en la anterior entrada ha alargado su plazo para presentar los relatos hasta el lunes 20 de este mes (vamos, hasta el lunes de la semana que viene).

Y la segunda noticia, ¡el estreno de la obra de teatro que Kabuki (el grupo de teatro del que formo parte) representa este año!
Otro años más lo anuncio en el último momento, pues la fecha es mañana viernes 17 de mayo, a las 18:00 en el Centro Cívico Río Ebro (junto al Carrefour del Actur, aquí podéis ver el anuncio "oficial" de la obra). La entrada, como en otras ocasiones, cuesta 2€ de nada y se puede adquirir antes del espectáculo.
La obra de este año es ¡Vaya con Decamerón!, dirigido por Olga Ezpeleta, y se trata de la adaptación de algunos de los cuentos de la obra Decamerón de Giovanni Boccaccio.

"El joven fraile tentado por los continuos acosos de seducción de Lidia..." XD

martes, 14 de mayo de 2013

III Concurso de relatos la Cueva de Smaug: fantasía, terror y ciencia ficción

Sé que le hago publicidad con el tiempo algo justo dado que el plazo termina este jueves pero... Quién sabe, a lo mejor aún hay alguien que tiene por ahí un relato escrito o pendiente de escribir y lo manda estos días, al fin y al cabo solo piden un mínimo de 800 palabras (visto así asusta, pero apenas son un par de hojas o menos).
Podéis consultar bases en el blog del concurso: Aquí
Y también en el evento de Facebook: Aquí
Los premios corren a cargo de El vecino de la bestia (aquí web y aquí página de Facebook) y Tajmahal Comics (aquí web y aquí página de Facebook).
Y os dejo también la página de Facebook de los organizadores, La Cueva de SmaugAquí

¡Ánimo y suerte a los valientes! :)

jueves, 9 de mayo de 2013

¿Es un pastel? ¿Es un pensamiento? ¡No! Es... ¡Un libro! (Más concretamente: "La metamorfosis" de Kafka)

Hacía bastante que no subía por éstos lares una entrada sobre alguno de mis amados libros, ¿eh? Y es que en éste curso apenas he podido empezar y dejar a medias, a la espera del verano, cuantos libros han caído en mis manos, salvo contadas excepciones, claro está, entre las que se cuentan las lecturas "obligadas" de Literatura Universal y Lengua y Literatura. Y lo pongo entre comillas porque, si bien algunas no estaban precisamente en mi lista de libros que estoy deseando leer éste año (como es el caso de Los Santos Inocentes, que si bien no está mal como lectura, ya la tuve entre las lecturas "obligatorias" del año pasado), lo cierto es que otros estaban, como mínimo, en mi lista de libros y autores que debo como poco catar en algún momento. Y éste es el caso de Kafka, cuyo libro La metamorfosis leí para Literatura Universal.
Y aquí os dejo la sinopsis y enlaces de interés para los interesados:

"La historia narra la vida del protagonista, Gregor Samsa, desde la mañana en que se levanta para descubrir que se ha transformado en un insecto gigante, hasta su muerte, pasando por todo un proceso de abandono por parte de su familia e, incluso, de sí mismo."

Mi opinión personal (tal cual la puse en el trabajo para Literatura Universal):

"Pienso que, aunque muchos adolescentes sientan horror si les sugieres que lean algo de Kafka, esta novela es ideal para leer a esa edad, cuando uno más identificado puede sentirse con cuanto se describe en ella: la incomprensión y distanciamiento por parte de la familia, la sensación de incomodidad con uno mismo e incluso la incomunicación y el desapego hacia, al menos, uno de los progenitores, que se ve como un ser vil."


Y ahora, los enlaces:
-Aquí para leer La metamorfosis online.
-Aquí para leer la versión de La metamorfosis en comic (por que sí, tiene versión en comic).
-Aquí para ver una versión en cortometraje de 1993.
-Aquí para ver otra versión en cortometraje del 2004 (algo más extraña).
-Aquí para más información sobre el autor y su obra (y por si, como a mí, a alguien le toca hacer un trabajo sobre él).

domingo, 5 de mayo de 2013

Una tarta para el Día de la Madre

Eso es lo que le he hecho a la mía ésta mañana para sorprenderla tras la comida. Básicamente he hecho la receta de la tarta Sacher añadiéndole modificaciones, que básicamente vienen a ser que la he partido por la mitad y le he metido mousse de chocolate... La idea original era ponerle chantilly, que con la de Jade quedó muy bien, pero por motivos varios (no sé hacerla a mano, no tenía tiempo para tanta probatina y la de hacer con polvos no estaba por ninguna parte cuando fui a comprar). Todo ha salido muy bien a excepción de un pequeño de talle del cual he aprendido una cosa: antes de meter la mousse de chocolate en la tarta sería buena idea mezclarla con gelificante... Os dejaré la receta que he usado yo (lo que es el bizcocho ha salido perfecto) y rellenadla con lo que gustéis (o no la rellenéis, que también es válido).

Ingredientes:
-125 gr de almendra molida
-100 gr de harina
-200 gr de azúcar (pasado por la batidora)
-100 gr de mantequilla (o margarina) a temperatura ambiente (os va a tocar empomarla, podéis hacerlo con los dedos y consiste, tal y como el nombre indica, en "amasar" la mantequilla hasta que quede con una textura similar a la pomada)
-6 huevos
-150 gr de chocolate para fundir 
-1 sobre de levadura química
-1 pizca de sal
-Canela
Como anécdota curiosa: yo terminé usando 7 huevos en vez de 6 porque a uno de los de la foto al parecer se le subió la fama a la cabeza y decidió suicidarse... XD Moraleja: los huevos no son obedientes y además ruedan, lo que significa que como modelos no valen mucho. Fin de la anécdota.

Preparación:
Mezclamos la mantequilla (a temperatura ambiente y empomada) con el azúcar y batimos bien para mezclar (yo siempre recurro a la batidora para ésto...).
Fundimos el chocolate al baño maría (o en el microondas con la función descongelar, lo que pasa en que el mío ha decidido morirse hoy...).

Una vez derretido lo añadimos a la mezcla anterior, y a darle con as varillas (o, si no tenéis, seguir con la batidora). Agregamos tres de los huevos, y a mezclar todo bien. Incorporamos la almendra molida, mezclamos, un huevo, mezclamos, la harina, la levadura, la sal, la canela (yo la hecho un poco al gusto, que en mi caso vendría a ser un par de buenas cucharadas) y los dos huevos que faltan, y a mezclar todo.

Precalentamos el horno. Preparamos el molde (yo siempre digo, y seguiré diciendo, que mejor si es desmoldable), lo untamos bien de mantequilla (o margarina), vertemos la masa y dejamos hornear a 170ºC durante 40 minutos.

Cuando lo saquéis del horno le quitáis la parte de arriba (lo más raso posible para no llevaros demasiado bizcocho por delante, la idea es que quede liso) y le dais la vuelta (para que la más lisa de las caras sea la que quede a la vista).
Una vez hecho tenéis dos opciones: la primera, dejar la tarta tal cual y simplemente cubrirla con chocolate; la otra, partirla por la mitad y meterle relleno.
Por si a alguien le interesa lo que he hecho yo, necesitaréis:
-1 sobre de preparado para mousse de chocolate.
-500 gr de fresas.
Ignorad el hecho de que en la foto salga el doble de cantidades que he indicado arriba...

Para hacer el rellenos parid por la mitad la tarta (cuando esté ya fría mejor) y poned la parte superior en un plato al lado.

Volved a montar el molde desmoldable (ésto hará que el relleno se espachurre menos por todos lados), mezclad el preparado de mousse ya mezclado y demás con trocitos de fresa y extendedlo por la parte de la tarta que tenéis en el molde, colocad la parte superior y a la nevera 2 horitas más o menos.
Sacáis, desmoldáis y decoráis.
¡Y ya está!

Pues al final el relleno de mousse salió bien...